“Señor mío y Dios mío, bajo la
mirada amorosa de nuestra Madre, nos disponemos a acompañarte por el camino del
dolor, que fue el precio de nuestro rescate.
Queremos sufrir todo lo que Tú
sufriste, ofrecerte nuestro pobre corazón, contrito, porque eres inocente y vas
ha morir por nosotros, que somos los únicos culpables.
Madre mía, Virgen dolorosa,
ayúdame a revivir aquellas horas amargas que tu Hijo quiso pasar en la tierra,
para que nosotros,...