Carta De S.E.R Mons. Ricardo García, Obispo Prelado De Yauyos, Sobre La Celebración Del Año Jubilar De La Misericordia
+ RICARDO GARCÍA GARCÍA, por la Gracia de Dios y de la Sede Apostólica Obispo Prelado de Yauyos, a todos los fieles cristianos, laicos y clérigos, de la Prelatura de Yauyos
El Santo Padre Francisco mediante la Bula Apostólica Misericordiae Vultus (MV) del 11 de abril de 2015 ha recordado que cada Iglesia particular “estará directamente comprometida a vivir este Año Santo como un momento extraordinario de gracia y renovación espiritual. El Jubileo, por tanto, será celebrado en Roma así como en las Iglesias particulares como signo visible de la comunión de toda la Iglesia” (MV 3).
I. De la apertura y clausura del Año Jubilar y de la Puerta Jubilar
El año Santo se abrirá el próximo 8 de diciembre de 2015, Solemnidad de la Inmaculada Concepción, cincuenta aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II. Ese día el Santo Padre abrirá en la Basílica de San Pedro la Puerta Santa, que será una Puerta de la Misericordia, a través de la cual cualquiera que entre podrá experimentar el amor de Dios que consuela, que perdona y ofrece esperanza.
El Santo Padre abrirá el tercer domingo de adviento, 13 de diciembre de este año, la Puerta Santa en la Catedral de Roma, la Basílica de San Juan de Letrán, y ha establecido que en cada Iglesia Particular ese mismo día se abra por todo el Año Santo una idéntica puerta de la Misericordia, facultando al Obispo Diocesano para que en lugares significativos se abra la Puerta de la Misericordia.
En cumplimiento de lo establecido por el Santo Padre, llevaré a cabo la apertura de la Puerta Santa de la Misericordia en la Catedral de San Vicente de Cañete, el domingo 13 a las 8.30 am. Dispongo que para facilitar que los fieles puedan ganar la Indulgencia plenaria, se abran puertas jubilares en los siguientes lugares:
1. Iglesia Catedral San Vicente Mártir, Cañete
2. Iglesia Parroquial de Santo Domingo, Yauyos
3. Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol, Quinches, Yauyos
4. Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, Huarochirí
5. Iglesia Parroquial de Espíritu Santo, Antioquía, Huarochirí
6. Santuario del Señor de Cachuy, durante la novena de su Fiesta.
Invito a todos los Pastores de almas que en sus respectivas comunidades, en el momento más oportuno, se realice una celebración especial, incrementando la oportunidad de impartir y recibir la Confesión, Sacramento de la Misericordia, a fin de recuperar o incrementar la vida de la gracia, uniéndose así a este Jubileo Extraordinario.
El Año Jubilar se concluirá en la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo, el 20 de noviembre de 2016. Una semana anterior, el 13 de noviembre, XXXIII domingo del Tiempo Ordinario, se concluirá el Jubileo en las Iglesias particulares, con la clausura de la Puerta Santa de la Misericordia. Ese domingo 13 de noviembre presidiré la Eucaristía de clausura del Jubileo en la Catedral y en las demás iglesias designadas se llevará a cabo una celebración eucarística de acción de gracias, presidida por un delegado mío.
II. Sobre la Indulgencia del Jubileo
La doctrina y la práctica de las indulgencias en la Iglesia están estrechamente ligadas a los efectos del sacramento de la Penitencia. “La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en lo referente a la culpa, que gana el fiel, convenientemente preparado, en ciertas y determinadas condiciones, con la ayuda de la Iglesia, que, como administradora de la redención, dispensa y aplica con plena autoridad el tesoro de los méritos de Cristo y de los santos” (Beato Pablo VI, Constitución apostólica Indulgentiarum doctrina, Norma 1).
“La indulgencia es parcial o plenaria según libere totalmente o en parte de la pena temporal debida por los pecados” (Indulgentiarum doctrina, Norma 2). “Todo fiel puede lucrar para sí mismo o aplicar por los difuntos, a manera de sufragio, las indulgencias tanto parciales como plenarias” (CIC can 994).
Para vivir y obtener la indulgencia los fieles están llamados a realizar los siguientes actos:
1. Una peregrinación hacia la Puerta Santa, abierta en la catedral y en las iglesias y santuarios establecidos por el obispo como signo del deseo profundo de auténtica conversión.
2. Confesar los pecados en el Sacramento de la Reconciliación.
3. Participar en la celebración de la Santa Eucaristía con una reflexión sobre la misericordia.
4. Recitar la profesión de fe, el Credo.
5. Rezar por el Santo Padre Francisco y sus intenciones un Padrenuestro.
Recomiendo vivamente el rezo, personal o en comunidad, de la oración del Papa Francisco para el Jubileo de la Misericordia para vivir plenamente el año santo de la Misericordia (ver al final).
Teniendo en cuenta la Carta del Santo Padre Francisco con la que se concede la Indulgencia con ocasión del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, de 1 de septiembre de 2015, recuerdo especialmente:
1. Quienes por diversos motivos se vean imposibilitados de llegar a la Puerta Santa, en primer lugar los enfermos y las personas ancianas y solas, a menudo en condiciones de no poder salir de casa, el modo de obtener la indulgencia jubilar será vivir la enfermedad y el sufrimiento como experiencia de cercanía al Señor en el misterio de su pasión, muerte y resurrección; recibiendo la comunión o participando en la santa misa y en la oración comunitaria, también a través de los diversos medios de comunicación. (Ej. en Cañete Radio María, FM 103.3).
2. Las personas privadas de libertad en las celebraciones del Penal de Cantera podrán ganar la indulgencia, y cada vez que atraviesen la puerta de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración al Padre, pueda este gesto ser para ellos el paso de la Puerta Santa.
3. Cada vez que un fiel viva personalmente una o más de las obras de misericordia obtendrá la indulgencia jubilar. Las obras de misericordia corporales son: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Las obras de misericordia espirituales son: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y por los difuntos.
4. La indulgencia jubilar se puede ganar también para los difuntos. De igual modo que los recordamos en la celebración eucarística, también podemos, en el gran misterio de la comunión de los santos, rezar por ellos para que el rostro misericordioso del Padre los libere de todo residuo de culpa y pueda abrazarlos en la bienaventuranza que no tiene fin.
5. A los sacerdotes les recuerdo que el Santo Padre Francisco ha decidido conceder, para el Año Jubilar, “la facultad de absolver del pecado del aborto a quienes lo han practicado y arrepentidos de corazón piden por ello perdón. Los sacerdotes se deben preparar para esta gran tarea sabiendo conjugar palabras de genuina acogida con una reflexión que ayude a comprender el pecado cometido, e indicar un itinerario de conversión verdadera para llegar a acoger el auténtico y generoso perdón del Padre que todo lo renueva con su presencia” (SS Francisco, Carta 1-IX-2015)
III. Propuestas para vivir en el Jubileo de la Misericordia
Para que en el Año Jubilar nuestras celebraciones puedan trasmitir el aroma de la misericordia del Padre sugiero poner especial cuidado en la calidad de las liturgias a lo largo del Año litúrgico, especialmente el domingo que debe ofrecer a los fieles ocasión de dedicarse a las actividades de misericordia, de caridad y de apostolado (cf. Dies Domini, n. 69); fomentar la reflexión y meditación de los salmos de la misericordia (cf. MV n. 6), especialmente los10 salmos 25, 41, 42, 43, 51, 57, 92, 103, 119 y 136; descubrir el gran mensaje contenido en las parábolas de la Misericordia: la de la oveja y la moneda perdidas, y la del padre y sus dos hijos (cf. MV n. 9); meditar los escritos de los papas sobre el tema de la misericordia, especialmente la encíclica Dives in misercordia de Juan Pablo II; fijarnos “en tantos santos y beatos que hicieron de la misericordia su misión de vida” (MV n. 24).
Que la Virgen María, Madre del Amor Hermoso y Madre de la Misericordia, nos proteja y acompañe en el diario caminar en este Año Jubilar de la Misericordia, y que por medio de la reconciliación con el Padre y de unos con otros, podamos manifestar ante el mundo nuestra fe, unidad, esperanza y caridad.
San Vicente de Cañete, 6 de diciembre de 2015.
(Firmado)
+ Ricardo García García
Obispo Prelado de Yauyos
(Firmado)
Pbro. Víctor Huapaya Quispe,
Canciller
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