Hola,... En este mes de mayo es posible que muchos de ustedes hayan fomentado el rezo del Santo Rosario en familia. Les felicito.
Un buen amigo mío, hace unos días, me conversaba sobre muchos temas y me comentó que había redactado una reflexión sobre los Sacerdotes y que yo, sin decir su nombre, me dignase publicarla en la web. Leí el texto y le dije en broma a mi amigo: ¡Qué lástima que yo no lo haya podido redactar antes que tú! Ambos sonreímos y le di las gracias por este bello texto:
“El Sacerdote es el blanco de todas las miradas, opiniones y chismes.
Como no es “monedita de oro”, imposible que agrade a todos.
Si es gordo, ha de ser un tragón; si es flaco, ni para comer le alcanza.
Si es viejo, no nos comprende; si es joven no tiene experiencia.
Si es alegre, ni parece padre; si es serio, es un malagracia.
Si es guapo, ¡qué desperdicio!; si es feo, mejor se hubiera metido de gendarme.
Si es moreno, lo quieren blanco; si es blanquito, ah!... se cree de sangre azul.
Si es buena gente, no tiene carácter; si es rígido, ese padre es muy enérgico.
Si fuma o toma es un vicioso; si no lo hace, es que no es hombre.
Si canta bien, es un vanidoso; si canta mal, mejor que ni cante.
Si es activo, no nos deja descansar; si es tranquilo, éste no es como el padrecito que se fue.
Si visita a las familias, es muy amiguero y nunca está en la Iglesia; si no sale, no busca a las almas.
Si va con los ricos, se quejan los pobres; si va con los pobres, desprecia a los ricos.
Si trata más a los hombres, se quejan las mujeres; y si atiende más a las mujeres, lo critican los hombres.
Si convive con los niños, ¿no abusará de ellos?
Si toca algún instrumento musical “es un disipado”; si no toca, es un bueno para nada.
Si nos cae mal, se juntan firmas para que lo cambien; cuando se va, se juntan firmas para que lo dejen.
Pida a Dios que no sea como a usted le agrade, sino como lo necesita la Iglesia.
Y a propósito, ¿cuántos minutos hace oración al día por los Sacerdotes?
¿Sabía usted que les aprovecha más una oración que una crítica?
¿Necesitamos quererlos como son, o que sean como queremos?
Siempre es más provechosa una oración que una crítica. Ora mucho por ellos. También ellos nos necesitan.
Tomado del blog del Padre Pablo
Ritmo Romántica
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