mientras el día amanece ya, sus redes vacías están
pero la voz que te llama, otro mar te enseñará,
y a la orilla de sus corazones, sus redes lanzaran.
Ofrece toda tu vida como María al pie de la Cruz,
y serás siervo de todo hombre, siervo por amor,
sacerdote de la humanidad (bis).
Avanzaba en el silencio, entre lágrimas esperaba,
que la semilla aquí esparcida cayera sobre tierra fértil,
de fiesta está tu corazón,
porque el trigo que ondea ya ha madurado
bajo el sol y se puede almacenar.
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