PAPA JUAN PABLO II:...
** "La Iglesia... instruida por la palabra de
Cristo, partiendo de la experiencia de Pentecostés y de su historia apostólica,
proclama desde el principio su fe en el Espíritu Santo como Aquel que es dador
de vida. Aquel en el que el inescrutable Dios uno y trino se comunica a los
hombres, constituyendo en ellos la fuente de vida eterna".
** "Convirtiéndose en <luz de
los corazones>, es decir, de las conciencias, el Espíritu Santo <convence
en lo referente al pecado>, o sea, hace conocer al hombre su mal, y, al mismo
tiempo, lo orienta hacia el bien. Merced a la multiplicidad de sus dones, por lo
que es invocado como el portador de los <siete dones>, todo tipo de
pecado del hombre puede ser vencido por el poder salvífico de Dios. Bajo el
influjo del Paráclito se realiza, por tanto, la conversión del corazón humano,
que es condición indispensable para el perdón de los pecados. Sin una verdadera
conversión, que implica una contrición interior, y sin un propósito sincero y
firme de enmienda, los pecados quedan <retenidos>, como afirma Jesús, y
con El toda la tradición del Antiguo y del Nuevo Testamento".
** "La Iglesia profesa
incesantemente su fe: existe en nuestro creado un Espíritu, que es un don
increado. Es el Espíritu del Padre y del Hijo; como el Padre y el Hijo, es
increado, inmenso, eterno, omnipotente, Dios y Señor. Este Espíritu de Dios
<llena la tierra> y todo lo creado reconoce en El la fuente de su propia
identidad, en El encuentra su propia expresión transcendente, a El se dirige y
lo espera, lo invoca con un mismo ser. A El, como Paráclito, como Espíritu de la
verdad y del amor, se dirige el hombre que vive de la verdad y del amor y que
sin la fuente de la verdad y del amor no puede vivir. A El se dirige la Iglesia,
que es el corazón de la humanidad, para pedir por todos y para dispensar a todos
aquellos dones del amor que por su intercesión <ha sido derramado en nuestros
corazones>. A El se dirige la Iglesia a lo largo de los intrincados caminos
de la peregrinación del hombre sobre la tierra; y pide, de modo incesante, la
rectitud de los actos humanos como obra suya; pide el gozo y el consuelo que
solamente El, verdadero consolador, puede darnos descendiendo a la intimidad de
los corazones humanos; pide la gracia de las virtudes, que merecen la gloria
celeste; pide la salvación eterna en la plena comunicación divina a la que el
Padre ha <predestinado> eternamente a los hombres creados por amor a
imagen y semejanza de la Santísima Trinidad".
** "El Espíritu Santo se
manifiesta de modo particular en la Iglesia y en sus miembros; sin embargo, su
presencia y acción son universales, sin límite alguno ni de espacio ni de
tiempo. El Espíritu ofrece al hombre <su luz y su fuerza> para que pueda
responder a su máxima vocación; mediante el Espíritu el hombre llega por la fe a
contemplar y saborear el misterio del plan divino; más aún debemos creer que el
Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad -según nos dice "Gaudium et Spes",
en el Concilio Vaticano II- de que, en la forma que sólo Dios
conoce, se asocien a este misterio pascual... El Espíritu está, pues, en el
origen mismo de la pregunta existencial y religiosa del hombre, la cual no surge
sólo de situaciones contingentes, sino de la estructura misma de su ser... La
presencia y actividad del Espíritu no afecta únicamente a los individuos, sino
también a la sociedad, a la historia, a los pueblos, a las culturas, a las
religiones. En efecto, el Espíritu se halla en el origen de los nobles ideales y
de las iniciativas de bien de la humanidad en camino".
** "El Espíritu es también para
nuestra época el agente principal de la nueva evangelización. Será, por tanto,
importante descubrir al Espíritu como Aquel que construye el Reino de Dios en el
curso de la historia y prepara su plena manifestación en Jesucristo, animando a
los hombres en su corazón y haciendo germinar en la vivencia humana las semillas
de la salvación definitiva que se dará al final de los
tiempos".
SAN JUAN DE AVILA:
** "Señor, con vos solo estoy
contento; vos solo bastáis para saciarme; sin vos no quiero a nadie y con vos
todo lo tengo; estad vos conmigo y falténme todos; consoldadme vos y
desconsuéleme todo el mundo; sed vos conmigo y todo el resto contra
mí".
** "¡Oh soplo bienaventurado, que
llevas las naos al cielo! Muy peligroso es este mar que navegamos; pero con este
aire y tal Piloto seguro iremos. ¡Cuántas naves van perdidas! ¡Cuántos vientos
contrarios corren y grandes peligros! Mas en soplando tú, piadoso Consolador,
las vuelves a puerto seguro. ¿Quién podrá contra los bienes que nos haces y los
males de que nos guardas? De allá sales como viento y allá vuelve,
al Padre y al Hijo; de allá te espiran y allá espiras tú a tus amigos; allá los
guías, allá los llevas, para allá los quieres".
** "Espíritu Santo, Huésped del
alma, por los merecimientos de Jesucristo y por aquella sangre que derramó en la
cruz por nosotros, ten por bien a venir a nuestros corazones y sanar nuestras
almas, alumbrar nuestros entendimientos para que conozcamos a Dios, enderezar
nuestra voluntad para solamente amar a Dios y olvidarnos de las cosas del suelo,
sujetar nuestra carne, darnos humildad, castidad y caridad para con nuestros
prójimos y darnos tus siete dones para que teniendo tu gracia nos des la
gloria".
OTROS AUTORES:
** "El Espíritu Santo entra en el
corazón, es decir, en el centro más profundo de la vida personal. De este modo,
el Espíritu Santo que es Espíritu nuevo y renovador, crea un corazón nuevo,
convierte el corazón de piedra en corazón de carne. Esto es, el Espíritu
despierta el corazón y la conciencia del hombre o, por mejor decirlo, despierta
al hombre mismo a una vida nueva y real que viene de Dios y está en Dios".
(G. Eveling)
** "Sin el Espíritu
Santo,
Dios quedaría
lejos,
Cristo pertenecería al
pasado,
el Evangelio sería letra
muerta,
la Iglesia, una organización
más,
la autoridad, un
dominio,
la misión, una
propaganda,
el culto, una
evocación,
el obrar cristiano, una ley
moral.
Pero con El,
el cosmos se eleva y
gime
en la infancia del
Reino,
Cristo ha
resucitado,
el Evangelio es potencia de
vida,
la Iglesia, comunión
Trinitaria,
la autoridad, servicio
liberador,
la misión, Pentecostés,
el culto, memorial y
anticipación,
el obrar humano, realidad
divina"
(De la relación final de la Asamblea de Upsala
en 1968 del Consejo Mundial de las
Iglesias)
** "A pesar de todo el Espíritu Santo sigue estando
presente en el corazón de la humanidad. Sigue preparando en cada hombre la
venida del Salvador. Está presente en las aspiraciones profundas de los hombres,
de las razas y de los pueblos". (M. Quoist).
PAPA BEATO JUAN
XXIII:
** "Pentecostés es todo un poema de luz, de gracia y de
caridad".
** "El Espíritu Santo, que formó
el cuerpo de Cristo en el seno de María, forma también, une, sana y fortifica a
los miembros de Cristo".
** "El fuego del Espíritu Santo
es como un río incandescente que se desborda sobre todos los miembros de la
Iglesia, consolida los corazones y los une con un vínculo sagrado de amor y
caridad"... "Dejémonos penetrar, como los apóstoles el día de Pentecostés, por
este fuego transformante. El purificará las inevitables escoria de la
naturaleza, herida por el pecado".
** "La gracia del Señor, por su
Espíritu, cuando toma posesión de un alma, la transfigura".
** "No estamos solos en la
tierra. Hay alguien que nos acompaña y nos presta su ayuda incomparable: el
Espíritu Santo".
** "Jesús nos asegura que el
Espíritu Santo seguirá haciendo resplandecer en la Iglesia una maravillosa
fecundidad sobrenatural; la fecundidad que deposita en el corazón de las
vírgenes, de los mártires y de los confesores, los gérmenes de aquellas virtudes
heroicas que son la característica de la santidad".
** El Espíritu de Jesús vivifica
las asperezas de la vida, dulcifica las dificultades de la existencia, que los
acontecimientos cotidianos y las adversidades multiplican sobre nosotros y nos
impulsa al perdón, a la compasión, al amor"
** "El Espíritu Santo es la vida
de la Iglesia, que no envejece nunca. Hace germinar una primavera que no conoce
el invierno y, en medio de las penas y de las adversidades, realiza y prepara
una victoria indefectible y segura".
** "El Espíritu Santo está
trabajando siempre en la intimidad de las almas con sus inspiraciones para hacer
a la Iglesia que Jesús edificó para sí mismo una vez por todas con el sacrificio
de su sangre, pura, inmaculada, sin arrugas, digna de ser presentada al Padre el
día del juicio final".
** "Únicamente el soplo del Espíritu Santo puede
inflamar los espíritus humanos en la virtud y preservarlos del contagio de la
culpa... El Huésped divino nos acompaña siempre y recorre con nosotros el camino
del tiempo hasta la eternidad".
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